sábado, 29 de septiembre de 2007

23

Cada día el pan nuestro.


Me desperté gritando. ¿Era mi estómago? Clamaba... Se quejaba de impotencia y de dolor. Era hambre. ¿Dónde estaba? Miré hacia ambos lados. ¿Era aquello una esquina? Sí… Se trataba de la esquina de un callejón. Estaba envuelto. Pero envuelto ¿en qué? Ya... Debía haberme cubierto con papeles de periódico durante la última borrachera. Me dolía la cabeza, los huesos y el cuerpo… La marea subió por mi interior, me revolví me incliné hacia un lado y vomité… Una mezcla verde y espesa de bilis fue todo lo que salió de mí, no había más en mi interior…


Con lentitud comencé a incorporarme mientras me despojaba de las hojas de periódico. Me sentía sucio dolorido y desarticulado, tiritaba de frío y abstinencia. Me puse en marcha y al doblar una esquina un viento gélido golpeó mi semblante convirtiendo las puntas de mis bigotes grises en ralas fibras de hielo.

Caminé cuatro, cinco, quizá seis manzanas con las manos envueltas en los mitones dentro de los bolsillos, sin siquiera preocuparme de los cordones desatados de mis viejas zapatillas Reebok. Había mas gente. Pero los demás no me importaban; sólo eran sombras a mí alrededor que me sorteaban y no tenían ningún interés para mí; no esperaba nada en absoluto de ellos.



Hacía un día gris; una bruma blanquecina desdibujaba las formas, la ciudad estaba distinta. Se movía en silencio. Las aristas de los edificios surgían como icebergs ocultos tras aquella neblina de muerte...

Cuando alcancé la plaza comenzó a nevar. Deseaba encontrarme con él, con el hombre que sin saberlo me podría ayudar.




Lo sorprendí en el centro de la plaza y lo dejé hacer sin que me viera. Transcurrió cerca de una hora, hacía mucho frío. El tipo acabó con su dedicación y se marchó. Entonces salí de detrás de la columna y fui hacia el centro. Nevaba sin cesar, me encontraba enfermo; el estómago me dolía cada vez más. Nada más llegar sin dudarlo las espanté. Había gran cantidad de aves. Volaban a mi alrededor con cierta imprudencia. Pero yo lo necesitaba. Y allí… diseminado por el suelo en gruesos pedazos blandos y mojados estaba como cada día, mi pan…


José Fernández del Vallado. Josef 2007.


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viernes, 28 de septiembre de 2007

16

Concierto.


Ayer, después de mucho tiempo, volví a asistir a un recital apoteósico. Sí, uno más entre el selecto puñado de conciertos que quedarán para siempre grabados en mi memoria. Pero ante todo, la interpretación tuvo detalles por completo innovadores y especiales para mí.

En primer lugar acudí solo. Segundo, tuve el privilegio de desplazarme con total libertad por todos los recovecos de la sala. Es decir, desde el mismo escenario hasta primera y última líneas del auditorio. Y tercero, analicé y descubrí un poco la historia de sus magistrales músicos, con los cuales me cité en su camerino a la entrada y salida del evento.

Comprendí y viví sus magníficas sensaciones al salir y enfrentarse a más de cinco mil espectadores. Observé al detalle el arranque de un espectáculo que se presentía soberbio. Me fijé en los semblantes de cientos de espectadores excitados y resolví que yo también estaba embebido por la emoción de quien intuye que algo impresionante va a tener lugar.
Y cuando la música se desplegó ante mí -
MÚSICAAQUÍ- sacudió mis sentidos de forma irrefrenable y hermosa, avivando mi deseo interno de ser como ellos y experimentar lo que un buen músico siente en esos momentos de sublime placer.

Me gusta escribir, es mi pasión. Pero sin música mi vida apenas tendría sentido. De hecho, durante un periodo estuve ligado a un grupo musical donde tqué el teclado, ya que de niño recibí algunas clases de piano. Dimos un par de conciertos en directo. Evidentemente, no éramos el grupo que presencié anoche, pero me agrada la creatividad, producir canciones, inventar música...

Ayer fui un ángel que sobrevoló el escenario mil veces y mientras dejaba volar los sentidos suspiré notas que arrancaron convulsiones de placer de mi interior, descifré códigos y percepciones mentales entre el amor la vida y yo. Fui un ser alado que remontó el sendero de la existencia y fue capaz de verlo fluir de una forma sencilla e incluso, clara. Sin muerte, nutrido por un reguero de sudor satisfacción y alegría. Vi cinco mil mentes conectadas por la pasión en lugar de disgregadas por las diferencias. Y lo curioso, lo digno, es que era una multitud pacífica y agradable moviéndose al compás de la vida; juntos, durante hora y media de entusiasmo. ¿Cómo conectar semejante hilo de armonía de forma indestructible y definitiva? He ahí el secreto de la música.
Cuando todo acabó dejé de volar, de soñar, de sentirme fuera de mí mismo. Aunque mi espíritu de paz y armonía seguía estando latente y me dormí en una mullida nube de felicidad…

Volví a despertar y la música ya no estaba. En su lugar la junta militar de un país llamado Birmania hoy Mynmar, disolvía a tiros a los pacíficos manifestantes que sólo piden menos represión y justicia en su lugar. Nueve personas perdieron la vida. Mientras, en otro punto del globo, Israel vuelve a agredir la franja de Gaza. Todo vuelve a ser… ¿normal…?


José Fernández del Vallado. Josef.

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miércoles, 26 de septiembre de 2007

22

ALCOHOL...

No sabes cuándo ni como comenzaste la andadura, sencillamente lo hiciste.
La tarde es frágil; hay un cielo rojo como de sangre, de tintes perturbadores y escurridizos. Persigues algo, pero todavía no sabes bien el qué. Qué es lo que se te está o estará escapando...

La avenida marítima es amplia, recién construida, interminable. Podrías marchar por ella cien mil atardeceres sobre su adusto empedrado sin desfallecer.

Empiezas a beber. Primero es sólo una cerveza. Luego, cual errático saltamontes en fuga, asaltas otro local. Tu garganta necesita de algo más fuerte, algo que te haga olvidar. ¿Pero qué? Ni siquiera lo sabes. Sin embargo está la ansiedad, esa amargura que desmenuza tu cerebro y lentamente lo convierte en finas virutas de leña. A veces te desesperas y das otro trago, pero es igual, mires donde mires estás solo, eternamente abandonado.

Más tarde, con las primeras sombras de la noche, tu gusto se ensaña en el empalago del licor; entonces dejas de ser un hombre te arrastras por locales innombrables y comienzas a hablar. A veces encuentras gente que te replica. Te da igual. No sabes con quién parloteas aunque tampoco interesa, solo son semblantes sin trazos que mascullan impertinencias ¡Impertinencias! De repente te escurres entre densos flujos de gente y ya eres sólo una alimaña que babea y busca euforia, poder y tal vez un poco de… ¿sexo? No. El sexo ni siquiera es prioritario, pides más de beber y sigues buscando aquello... eso que se te escapa…

Sales de un local profiriendo alaridos, arrancas hacia la playa y enfebrecido te adentras en el mar y consientes que las olas golpeen tu semblante acalorado.

Al cabo de un rato, más sereno, pero también descentrado por el baño de agua fría, regresas a la avenida. Y al volverla a mirar con detenimiento ya no encuentras la luz que la iluminó, y ni siquiera descubres una fibra de alegría y animación. Ya no hay calor ni candor, sino sólo una capa de oscuridad tan fría como un invierno polar, o como un corazón solitario.

Hirientes escalofríos se apoderan de tu organismo. Cruzas los brazos sobre tu pecho y tiritando, desandas el recorrido y regresas al hotel, a una distante e impersonal habitación. Sin cuadros, sin recuerdos. Porque no hay recuerdos en tu vida. Y... ¿donde está tu vida? ¿En qué momento la dejaste? ¿En qué lugar comenzaste a perderla?

Retorcido sobre el water, vomitas. Duermes o tratas de hacerlo sitiado por pesadillas entrelazadas. Sudas, murmuras, mascullas, y balbuceas vocablos extraños.

Y el amanecer… Alcanzas otro amanecer. ¿O ya es medio día? Golpes en la puerta. No te has desvestido y tampoco te afeitas. Sales al sol y expuesto a su calor tu organismo se retuerce como el de un gusano dolorido. Tus manos tiemblan, tu corazón teme lo que no recuerdas haber hecho ni dicho el día anterior. Pero… ¿y el anterior del anterior? Nada importa ya. ¡Hoy será diferente! Lo sabes. Lo presientes...

De repente te sientes mal y lo sientes de nuevo; y no sabes bien el qué. ¡Qué es lo que se te está o estará escapando!

Te sientas en un bar; pides una cerveza…


José Fernández del Vallado. Josef. 2007.

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domingo, 23 de septiembre de 2007

16

El Cenicero.

Compraron el cenicero un atardecer. Ella lo descubrió expuesto en el escaparate de una tienda caldeada por los ardientes rayos del sol. Cuando lo tomó entre sus manos abrasaba. Era un recipiente metálico con forma de caracola, pintado en negro, y con bandas doradas en cada una de las estrías que componían la concha. Enseguida le fascinó y él supo comprender al instante la importancia que para ella tenía la pieza.
Cuando volvieron de las vacaciones ella lo sacó de la maleta y lo depositó en la mesilla de noche.

Se sucedieron años de felicidad, cigarrillos y colillas simultáneas, en las que el cenicero llegó a ser su lugar de aproximación. Y de hecho, sin ser conscientes, los acercaba más día a día.

Iba siempre con ellos; y cuando viajaban nunca olvidaban llevárselo.
Transitaron con el por campings y hoteles de media Europa. Si volvían ebrios, después de una noche de juerga, allí estaba el cenicero, listo para compartir el último cigarrillo antes de caer rendidos, fundidos en un abrazo apasionado. Si comían o cenaban en cualquier restaurante, ella lo sacaba del bolso y rechazando el del local, utilizaban el propio. Incluso si se sentaban junto al mar, sobre el malecón de algún lejano puerto del norte de Europa, colocaban el cenicero entre ambos, mientras fumaban y disfrutaban de una silenciosa complacencia compartida.

Cierto día, convencido por sus amigos, los anuncios de la televisión, o tal vez esa moda americana que proclama que fumar es letal, él decidió dejar de hacerlo y ella, fumadora empedernida, tras negarse a seguir sus pasos, enfurruñada, le contestó:

De algo habrá que morir ¿No crees?

No discutieron más. En realidad no discutieron nunca. Ya que ella comenzó a salir con sus amigos fumadores, mientras que él se transformó en deportista y con obstinación enfermiza, se empeñó en hacer footing todos los días a las siete de la mañana, nadar en una piscina olímpica al mediodía, e ir a un gimnasio al atardecer.
Y así, progresivamente y sin ser conscientes, en un mismo piso, crearon dos vidas paralelas sin nexo de unión.

Hasta que un amanecer cuando él se despertó, descubrió con sorpresa que ella no estaba a su lado. Allí, sobre la mesa camilla, solo estaba el cenicero y debajo una nota que decía:

Puesto que he llegado a comprobar que ya no quedan ni cenizas de lo nuestro, me marcho. Por cierto. Si alguna vez decides cambiar de idea y vuelves a fumar, aquí te dejo nuestro hermoso cachivache...

Lo cogió y lo colocó sobre el secreter, entre las fotos de ella y de la familia. Durante una larga temporada casi dejó de comer, también dejó de hacer ejercicio e intentó buscarla sin éxito.
Luego se fue recuperando, aunque nunca del todo. Y cuando la echaba de menos y sentía la necesidad de recordar tiempos pasados, se detenía y observaba atentamente el cenicero...



José Fernández del Vallado. Josef. 6 de septiembre del 2005.

16 libros abiertos:

3

Mi primer premio en blogger!


Van a hacer 9 meses desde que tengo mi blog y consegui un premio. Y no es un premio cualquiera, es un premio creado y elegido por los usuarios de los blogs, o sea por los que hacemos dia a dia a esta comunidad y la llenamos de contenido y conocimientos.

Gracias a Silvia por hacerme el honor de recibir este reconocimiento. En principio, debo decirlo, ella se encontraría entre mis cinco elegidos, pero para no repetir la excluiré; aunque siempre la tengo presente.

Siguiendo las reglas del juego debo escoger cinco blogs. Explico en qué consiste la cosa.

El Thinking Blogger Award es una especie de premio o reconocimiento surgido de la iniciativa de un blogger estadounidense con la finalidad de dar a conocer otros blogs que nos hacen pensar. Es decir, si eres uno de los escogidos has de corresponder "nominando" a otros cinco y, por supuesto, colocar el galardón en tu blog.


Estas son las condiciones:


1.- Si alguien te otorga el premio escribe un post con los 5 blogs que te hacen pensar.
2.- Enlaza el post original pincha
AQUÍ,así la gente puede encontrar el origen del mismo.
3.- Exhibe o muestra el "Thinking Blogger Awards" con un enlace del post que tu mismo escribas. Hay dos modelos de botón para mostrarlo en el blog, plateado o dorado, tu solo has de escoger el que más te guste o mejor combine con tu blog.

MiS 5 ELECCIONES para la ocasión son:

1.-
Mis cuentos,fotos,recuerdos... El blog de la mujer que me animó a empezar en esto, con quien comparto un blog conjunto y a quien quiero con toda mi alma.

2.-
Trucos Blogger. Sin el no habría podido aprender unas cuantas cosas esenciales en el intrincado arte bloggero.

3.-
Pequenos nadas. el precioso blog de mi amiga portuguesa que me ha sabido demostrar que la barrera del idioma no es problema para hacer amigos en la web.

4.-
Fuego en el viento. Magdalena gabetta, una argentina que con su tenaz actitud me demuestra cada día que la perseverancia es la clave para seguir adelante en la vida.

5.-
iOlaNthE Inteligencia y verborrea. Ella está involucrada en todas las batallas y las vive y sufre con deshusada pasión. Admirable!





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viernes, 14 de septiembre de 2007

6

CON ESPECIAL ATENCIÓN A TODOS MIS LECTORES...

El siguiente texto titulado: "DE CARTÓN PIEDRA Y ANSIEDAD" se lo he dedicado en su blog a mi querida Vivianne que atraviesa por circunstancias difíciles. Por favor os ruego paseis a leerlo y le dejéis una nota de ánimo. Lo necesita mucho en estos instantes. Muchas gracias a todos los que de vez en cuando me leeis por aquí!



6 libros abiertos:

jueves, 6 de septiembre de 2007

8

En defensa de una paz que agoniza.

Alguien me pidió si podía escribir algo sobre la paz y acepté con entusiasmo, sin profundizar en la responsabilidad que conlleva exponer sobre un tema complejo y sobre todo, delicado. Me puse a pensar, y comencé a buscar y archivar. Estos son algunos datos y conclusiones que he entresacado de lo que hoy en día nuestro mundo hace y está haciendo acerca de la paz.

1. Situación actual.

En la actualidad habrá unas ochenta guerras de las que, de vez en cuando, aparece una nimia referencia en algún periódico, pero el desastre humanitario no parece afectar a la opinión pública occidental. Y esto es porque, entre los intereses de las grandes potencias, millones de almas mueren en conflictos olvidados – o que se esfuerzan en hacernos olvidar – y que nadie quiere resucitar.

Desde principios del siglo pasado hasta el presente 2007 ha habido más de 300 conflictos con más de 25 millones de muertos. Más de dos millones de niños han muerto en guerras en los últimos 10 años. Y medio millón de menores son utilizados como soldados por muchos países.
Las guerras modernas cada vez causan más muertes de civiles. Las consecuencias ya no las sufren dos ejércitos enfrentados, sino la población civil. Mientras en la primera Guerra Mundial la relación fue de ocho soldados muertos por cada civil, en las guerras actuales la proporción es de diez civiles por cada soldado.

Las guerras traen consigo consecuencias inolvidables. Sobre todo el daño que se hace a la población. Las mujeres son violadas, los hombres asesinados y los niños obligados a combatir en el ejército. Durante años, la educación desaparece. El envilecimiento entre las etnias se incrementa. El número de refugiados se multiplica. La legitimidad de los gobiernos se pone en duda. Las guerras provocan secuelas que destrozan a los países y les impiden volver a levantar cabeza durante años.

Estas guerras olvidadas necesitan de los países del norte (países ricos e industrializados) que son quienes venden las armas que llegan a África, Asia y el resto del planeta. Entre otros: Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Inglaterra e Israel a la cabeza, tienen en el negocio armamentístico uno de los principales impulsores de sus economías.
En la actualidad la economía está enormemente deformada. Casi un tercio de la actividad económica depende directa o indirectamente del complejo militar. Después del petróleo, la segunda industria más importante es la armamentística.

Los países del G-8 son responsables de más del 90% de las nuevas armas que se venden al mundo empobrecido. La industria armamentística necesita guerras para seguir incrementando sus beneficios. No importa la finalidad de las armas vendidas, los países ricos obtienen beneficios fáciles mientras los muertos no salpiquen sus gobiernos.

Así pues no nos extrañe que elementos como el Señor Bush (presidente de los Estados Unidos) de quien a fecha de hoy uno no consigue explicarse cómo en su país nadie vislumbra su enorme ambición e interés personal, llegaron al punto de emprender una guerra inútil para el mundo – excepto para sus intereses (petrolíferos) y nacionales (armamentísticos) – como ha resultado ser la guerra de Iraq.
De Iraq todo el mundo quiere irse, pues gracias a su labor ahora es una ratonera de etnias enfrentadas; excepto, claro está, este señor. Quien invadió el país con el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva y se apoderó de los pozos, y en connivencia con los militares – obviamente – se ha convertido en el multimillonario más encumbrado sobre cadáveres de la actualidad mundial. Sí, todo un señor “muerte” sin duda.

2. Soluciones para la paz.

A pesar de las complejidades del proyecto, la comunidad internacional podría acabar con las guerras que asolan el mundo sólo con solidaridad y compromiso político. Los países ricos deben dejar de vender armas y alimentar el mercado armamentístico. Una redistribución de las inversiones daría un vuelco en el mundo: con un 10% de los gastos militares se podría garantizar el acceso a los servicios básicos de la población mundial.
Esto, por el momento, no es más que “mera hipótesis,” porque ¿quién va a parar el carro del mercado de las armas como no lo hagamos nosotros desde dentro? Mientras no nos decidamos a afrontar las consecuencias con seriedad y presionemos a estos hombres ambiciosos, a estas multinacionales que se lucran a costa de muertes ajenas. ¿Cómo frenar la desmesura de la masacre armamentística?

La clave que resuelva la lucha por la paz sin duda debe empezar por implantarse en el seno de nuestros espíritus y hogares. La lucha por la paz sólo se ganará impartiendo una educación solvente que enseñe sobre todo y ante todo lo que significa “amar” y amar al prójimo, a nuestro entorno, y a nosotros mismos. Y que a la vez, lentamente, destierre y cierre todo el espacio a esa violencia que hoy atosiga los intersticios de nuestro mundo de una vez para siempre.
Parece necesaria una sangría humana y un montón de cadáveres para que la cultura de la violencia que impregna a la sociedad mundial se cuestione sus regulaciones. Y parece mentira, que a pesar de haber entrado en pleno siglo veintiuno, y tras haber dejado atrás el terrible lastre de un siglo XX saturado de muerte y devastación, el ser humano dé la triste impresión de no haber aprendido nada de la dura lección de historia recibida.

Lo cierto es que al igual que muchos de vosotros, yo también anhelo esa paz. Pero a estas alturas de mi vida -visto lo visto- una enorme duda erosiona mi mente.
Puesto que estamos ya en el futuro la pregunta que me asalta es la siguiente: ¿Es hoy la paz una palabra sin trasfondo? ¿Una expresión que la cultura del marketing y el consumismo ha transformado a su antojo (como suele suceder con cualquier lema que valga la pena) y utiliza como enseña de un sistema en franca decadencia? ¿Será la paz como “La Isla” de la película de Michael Bay, el lugar limpio y aséptico que nos aseguran que existe, cuando de facto resulta inexistente? ¿Y mientras...? ¿Habrá otro lugar al que solo podrán acceder multimillonarios, personalidades, traficantes de armas, y en definitiva, quienes asesinan a los demás y sobreviven a su costa? Si es así apretad los dientes y seguid sin mover un dedo. Veremos con que facilidad nos extirpan los derechos, la integridad, y sobre todo las libertades; hasta convertirnos en marionetas sin nombre numeradas en serie con el fin de enviarnos a sus guerras como carnaza.

Aunque con profundo dolor por la hipocresía y el cinismo de los gobiernos que nos rigen, que por un lado hablan de paz mientras por otro invierten millones en armas, yo seguiré hablando, abogando, y si es preciso gritando, por la paz. Y que nadie intente venderme un arma con el ignominioso recurso de que sirve para defenderla. Todo el mundo sabe – o eso creo- el siguiente proverbio. Lo dijo alguien sin fe pero con una cordura elocuente. Seguro... Una bala perdida acababa de herirlo y agonizaba. Dijo así:

“Las armas las carga el diablo y las disparan los necios.”

Atendiendo a dicha premisa y aunque me pese, sólo puedo añadir un grave dictamen y hacerme otra vez la pregunta: Nuestra sociedad actual es rematadamente irresponsable y estúpida. Y... ¿Veremos esa paz algún día?

Hoy, todavía estamos lejos. ¿Y mañana? De nosotros depende lograr que “el mañana” no se convierta en turbio pasado, sino en un brillante presente de paz.

21 de septiembre. Día internacional de la paz.

José Fernández del Vallado. Josef. Septiembre 2007.

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martes, 4 de septiembre de 2007

1

Death cab for cutie: Your heart is an empty room

O canciones como...esta.


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0

Tiny Vessels

Death cab for cutie. Los descubrí hace más de un año tienen canciones como esta maravilla.


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1

La batalla definitiva.

Bueno entre mis aficiones está la de escribir algo de ciencis jejeje. ¿Toy tarao no? Seré más claro. Cuando digo lo de “ciencis” quiero decir Ciencia Ficción. Así que aquí os dejo una genuina made in josef. Espero que la degustéis sin atragantaros. Saludos!

La batalla definitiva.

Aquel amanecer dejamos atrás la tierra; habíamos fracasado. En los rastrojos de un mundo reseco y maltratado quedaban desmenuzados para siempre sentimientos de derrota: romances, pasiones, promesas, anhelos, esperanzas... amores sin rumbo.
La ambición, el egoísmo y el odio, ganaron la partida. Fueron siempre un paso por delante...
Dejábamos atrás el planeta que nos acogió y vio nacer durante milenios, y pese a superar adversidades y vencer a enconados enemigos, habíamos sido incapaces de preservarlo. Partíamos rechazados por una naturaleza que nos expulsaba como lo que éramos: parásitos, virus, bacterias devastadoras... Partíamos con los corazones deshechos, sabiendo que dejábamos atrás el lugar que una vez fue paraíso, el lugar donde amamos, odiamos, sentimos; y en definitiva, donde aprendimos a ser quienes éramos.

Me aferré a la escotilla desde la cual divisaba el jardín de mi infancia; mi cuerpo temblaba agitado. Pero... ¿qué jardín podría sobrevivir en un lugar donde las plantas habían sucumbido a los rayos gamma y el sol abrasaba? ¿qué ser vivo podría continuar subsistiendo en un planeta colapsado por novecientos mil billones de seres? En cambio los círculos de aluminio que conformaban el túnel por el cual discurrí estaban donde siempre y allí permanecerían.

Por fortuna me quedaba ella... Desde hacía un buen rato se había instalado junto a mí y allí seguía, en silencio, compartiendo mi profunda amargura. Superamos siempre los trances más difíciles y en cambio ahora... ¿Por qué la voluntad de una raza de espíritu indomable se veía de pronto doblegada? ¿Por qué deshojar tanta belleza tras tenerla al alcance y haberla disfrutado? Lo sabía. No había más alimentos. Y donde no hay alimentos, con tal de sobrevivir, los espíritus desarrollan formas malignas e irracionales. El desorden y el canibalismo se habían extendido y ahora no quedaba nada. ¡Nada qué hacer ni por lo cual luchar! Todo... estaba perdido. ¿Todo? ¡No! Iríamos a Marte. Allí había hombres que nos esperaban. No tenía miedo, estaba tan seguro de mí mismo como de nuestra estirpe.
Giré sobre mí y nuestras miradas se encontraron. Allí estaba Lisa. Sus ojos negros como el azabache brillaron con intensidad al mirarme, y su pelo rubio pareció lustrarse sobre su preciosa nuca. Su embarazo estaba ya en avanzado estado de gestación. No lo dudaba, pensé con renovada esperanza, iba a ser orgulloso padre de una prole de diez ratas o más.
Pronto estaríamos listos. Volveríamos a luchar y a vencer en la batalla definitiva...


José Fernández del vallado. josef. 2 Septiembre. 2007.

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The Fray - Look After You Accustic

O como esta... Qué tal suena?


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lunes, 3 de septiembre de 2007

1

The Fray - How To Save A Life (from Grey's Anatomy)

Uno de mis últimos descubrimientos. Este grupo es capaz de hacer canciones tan sutiles como esta: Preciosaaaa!!!


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The Divine Comedy - Eye of the Needle (live from Portsmouth)

Un directo moderato y fabuloso!


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2

The divine comedy - our mutual friend

un grupo sin duda fascinante


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