viernes, 4 de julio de 2008

15

Una fiesta.

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Aquel monte intrincado de mi infancia, donde aprendí a seguir el rastro de los habitantes a menudo invisibles que lo habitaban, donde comprendí que quietud no es sinónimo de silencio, donde presentí mi primer deleite cuando quedé perdidamente enamorado de su hechizo invisible, y donde olvidé para siempre ciertos sueños de gloria manifiesta e inalcanzable.

La noche de la fiesta, una oscuridad cálida de verano en la que podían distinguirse con facilidad (aparte de sombras presentidas y deseadas) distintos aromas de las plantas y flores del monte que circunvalaba el lugar donde el baile se desarrolló, supe dirimir mis desavenencias con la vida y me abracé a ella de nuevo si cabe con más fuerza.
Sólo hice que sentarme, inhalar y recoger unas boqueadas de pura intensidad, permitiendo que el aire colmara mis pulmones.
Entonces dejé de soñar imágenes borrosas y viví mi delicada realidad; dejé cuentas pendientes a un lado y conté pasteles de trufa; dejé de escribir con un teclado y diseñé sonetos de fácil discernimiento; dejé de manejar carros de fuego en metrópolis desalmadas y reconduje mi alma al puerto indicado; dejé de ser ese tipo extraño y antipático encerrado en mí mismo para volver a ser mi yo más cercano...

La noche de aquella fiesta a base de horas de soledad y de encierro no me apetecía hablar; había perdido el gusto, pero lo necesitaba, deseaba el calor humano a mi lado.
Conocí a Estela sin apellidos, pues para mí no tuvo más que un nombre: Amor.
Nada más sentir su resuello lleno de vida me enamoré de ella.
La acompañé a lo alto de una terraza y cuando estuvimos a solas, bajo las constelaciones, echados en un dosel sin hablar, la besé en los labios y le susurré un ardoroso te quiero. Ella, sin hablar, con una mirada de suplica me inquirió desde cuando, y yo respondí desde siempre, puesto que supe que casi toda la vida había esperado un momento como aquél.
Rodeó mi cuello con sus brazos, suspiró profundo, se abrazó a mí con fuerza y me besó con anhelo e intensidad. Estuvimos jugando con nuestras lenguas durante enérgicos instantes de pasión, luego me dio las gracias, permaneció a mi lado unos instantes se levantó y se marchó...

Permanecí pensativo; pensaba en los demás amores y en sus singularidades ¿dónde estarían?
Que pensarían ellas que fui o pude ser yo en sus vidas ¿quedaría algo de mí?
Pensé en qué clase de fórmula provoca que de repente sientas algo por una mujer a la que jamás has visto en tu vida. Pensé en sus nombres, los de todas; en sus rasgos, en sus sonrisas, en sus formas de arreglarse; en aquellas miradas que habían logrado que mi corazón latiera al doble de revoluciones e intensidad; en aquellas risas que me habían inducido sublimes estallidos de felicidad; en aquellas caricias tiernas y eternas; en aquellos ojos negros, claros o azules, y en sus voces distintas... discretas, agudas o fieras.
De repente descubrí que el mejor amor no es el más anhelado sino el más circunstancial e imprevisible, pues no sólo había conocido sino experimentado un amor intenso y cesado de tenerlo en apenas minutos, pero también aprendí otra cosa. Cuando el amor golpea con dureza en las puertas de tu corazón no es bueno sentirse tan solo.

Bajé las escaleras y me sumé de lleno a la fiesta. Estela sin apellidos, no estaba; no me importó, me sentí feliz por ella y le deseé lo mejor. Luego me sentí feliz yo mismo, y ya no paré de bailar y de reír hasta altas horas de la madrugada.
Cuando salí me sentía libre, había conseguido romper las cadenas que me apresaban y liberarme.

Recuerdo que al entrar en el coche puse la radio; la sonata Claro de Luna de Beethoven siempre mágica, imperial, daba inicio. Fue un magnífico broche para cerrar una fiesta y adentrarme de nuevo en el rigor casi cáustico de la vida diaria.

José Fernández Vallado. Josef. Julio 2008.



15 libros abiertos:

El mejor amor, es el que nos hace bien... ya sea circunstancial o anhelado, es el que te toca como con una varita mágica...

Qué precioso relato, Josef!!

Te dejo un beso, que pases un lindo finde!

Vivianne dijo...

Y si quieres puedes volar...ningún amor es igual a otro, todos son diferentes y especiales, dejarse amar es el ideal,la busqueda del alma gemela también lo es...muchas veces hablamos de este tema el amor...el dulce amor tan sólo hay que vivirlo...

Visnja Roje dijo...

Josef , no quiero quejarme pero ya tiraba todo , no puedo eNtrar a tu blog hoy me tiró para afuera como 10 veces.
Josef todo eso que tu escribes, lo viví en mi adolescencia , ibamoa s a fiesta con la Beny.NO era precisamente amor si no que la pareja de esa nocheasabamos chancho y al dia siguiente , si te he visto no me acuedo, a vees pero muy pocas esto duraba unos días más.

un beso


Visnja

Muy cierto, los amores suelen ser fugaces en ciertas circunstancias.
Estela es el mejor ejemplo de un amor ansiado, pero hay que ver que la pasaste bien en la fiesta.
Te gustan los limones???
Espero que si.
Saludos.

Que bonito escrito Josef..

..en esa fase de sentires que has descrito puede notarse fácilmente el estado euforico de placer de el amor más parecido a la locura, cuando lo alcanzas sientes que estás en plena cordura, y cuando lo pierdes no sabes ni qué es la locura, ni mucho menos la cordura..

una de las sensaciónes más agradables y poco dada..suerte es vivírla,no todos llegan a hacerlo.


Besos.

patri dijo...

Precioso escrito...
Cada amor es distinto y especial, está bien recordar cada uno por lo que fueron.ójalá ellos nos recuerden a nosotros también.
Qué bonita esa conexión entre dos personas,sin saber por qué, de pronto y a veces sin quererlo.Será magia? a veces lo parece...
Un besazo

Anónimo dijo...

hermoso relato Josef tus escritos siempre nos hacen bien y mas si se hablan de amor porque el amor siempre es magia

Hola mi querido Josef.

¡Qué hermosa historia mi dulce Amigo!

Describes magistralmente el amor que se filtra por las rendijas del alma, implotando en un arcoiris de emociones que jamás te abandonarán...

Gracias...

Mil besos.

Anónimo dijo...

A veces el sólo hecho que sean efímeros les da esa magia y encantamiento que te hace peensar en ellos como maravilloso.
Porque al estar el día a día con tu amor hace que muchas cosas pierdan la magia de la primera vez...o tal vez sean mejor, depende!
besos

Nico dijo...

Hola Josef! Simplemente me quede sin palabras a la hora de leer el escrito. Siento a mi infacia muy serca, ya que uno nunca deja de ser niño y mas a mi edad de 17 años. Mi infancia me marco y diseño un camino que hoy estoy caminando. Me imagino que esa fiesta debe aver sido impresionante para esa edad, una noche completa; me refiero a completa porque Estela la completo, ya que fué la carencia que antes tenias y en esa noche llenaste, satifactoriamente del amor. Y como tu dices, llega sin previo aviso y como menos pensamos.

Me guardo esta parte de tu hermoso escrito "dejé de soñar imágenes borrosas y viví mi delicada realidad; dejé cuentas pendientes a un lado y conté pasteles de trufa; dejé de escribir con un teclado y diseñé sonetos de fácil discernimiento; dejé de manejar carros de fuego en metrópolis desalmadas y reconduje mi alma al puerto indicado; dejé de ser ese tipo extraño y antipático encerrado en mí mismo para volver a ser mi yo más cercano..."

Un abrazo grande Josef, muy bueno el texto.


Hoy publique una entrada algo parecida, en sintesis del amor.


Cuidate.





Nicolas.

Josef.. buen hombre... tanto tiempo.. un abrazo desde el sur de Chile.
que es de tu vida??

jess dijo...

Y con las mujeres pasa algo similar, encuentras al hombre adecuado en el momendo adecuado, y de repente, todas las virtudes se reúnen en él.....
... y así se inmortalizan en nuestro ser.

Besos mi querido amigo...
Salta Valiente!!

Trini Reina dijo...

Dices que no es bueno encontrarse solo cuando el amor nos golpea en el pecho... Quizá, en ese momento, al sentirnos vulnerables, confundamos amor con deseo o con ansia de ternura.
Si, para colmo, es verano y están las fiestas...

Me gustó tu cuento

Un abrazo

Anónimo dijo...

Que historia mas romántica nos regalas, que delicia la del amor ese que se cuela sin darnos siquiera cuenta.

un abrazo y lo mejor del mundo para ti en estas fiestas.

un beso

Amar y sentirse amado, volar entre las olas del mar, mirar en la mirada del otro y adentrarse, es dulce, agrio, es frío y ardiente, amar y ser amado dulce estación de la vida, y si termina vivir el duelo intensamente. Un abrazo.

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