HA VUELTO EL TERROR
Hace 4 horas
Ella… me quedan sus palabras, suspiros tenues en la noche, y ni un ronquido que delate imperfección. Más nada es perfecto, solo se adecua al precipicio que marca la calle. ¿Hace frío o calor? No, ni tiempo para pensar. Tomo la ducha me rasuro desayuno como ceno me acuesto y me vuelvo a despertar mil veces pero… ¿dónde? Tampoco hay espacio para las interrogantes y sí un latido frenético apresurado por una drogadicción dolorosa de cocaína en alza liberal.
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