miércoles, 31 de enero de 2007

1

Brisa cálida, Tifón...





Brisa cálida, azul intenso, océano de ensueño. Jorge llega a la playa es un día entre semana de finales de septiembre; no ve a nadie más. Hace buen tiempo, un aroma a algas y sal envuelve sus sentidos y lo traslada hasta una infancia ya desconocida. Despliega la sombrilla mientras entre sus pies se escurre una arena de platino. De su mochila saca una toalla verde con estrías de colores azulados, la extiende, se tumba sobre ella toma un paquete de Chesters rubios se prende un cigarro, a continuación extrae su tesoro, el libro de Joseph Conrad Historias del mar: Tifón, y comienza a leer:

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

Oye retumbar a su espalda. Se incorpora a medias sobre sus codos, gira la cabeza y la ve. Es una mujer de pelo rizado pelirrojo y suelto pero arreglado. Al verla curtida por el sol, Jorge se da cuenta que debe acostumbrar a dejarse caer por la playa, pero… ¿desde cuando? La cuestión es que su fisonomía es admirable, pues presenta uno de esos arquetipos “multinacional Coca – Cola” en el que despuntan delirantes valles y ondulaciones. Durante un instante sus atisbos se entrecruzan; ella baja la vista para observarlo, se aprecia una mirada directa en sus ojos verdes. Sobre su cabeza porta una diadema de paño oscuro, suave y sedoso. La acompaña un perro “Baset” que va a investigar a Jorge sin recelo, con cortesía sincera, mientras su rabo no cesa de ondear. Jorge lo acaricia, ella lo llama, su voz deja entrever un acento indígena; tal vez holandés o alemán.

Para sorpresa de Jorge la mujer no se aleja demasiado. La ve acomodarse a unos metros de distancia. Vuelve sobre su lectura.

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

- ¡Perdgón!

Alza la vista y descubre, primero el pubis, cubierto por una pequeña pieza roja, luego, unos senos de impresión de la mujer, quien sin rubor se ensalza ante su cuerpo inclinado sobre la toalla.

Vuelve a alzarse sobre los codos, deja el libro a un lado.

- ¿Sí?

- ¿Tiene un cigago? He visto tu fumá y me muego del mono, dice ella con una sonrisa marciana.

- Oh sí… Tome. Llévese un par.

- Grasia. Uté bueno. Sugiere ella.

Hace un ademán de irse… Se detiene y retorciéndose los dedos, añade.

- Sabe…

- ¿Qué?

- No todo españole como uté… Recalca dibujando una mueca de Gioconda.

- Ah jajaja. Sonríe Jorge, mostrando un rictus de absoluta estupefacción.

- Chao…

El bombón regresa a su lugar mediante un trotecillo desgarbado. Nadie es perfecto, piensa Jorge. Y retoma la lectura…

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

Una risa frenética lo distrae de su atención. Es ella otra vez. Está de pie. Ha sacado de una bolsa a flores una pelotita amarilla, como de tenis, y se la lanza al perro que corre tras ella. De pronto se lleva las manos a la cintura, sujeta la piecita roja, se contorsiona y se desnuda por completo.
A continuación profiriendo grititos y a saltitos, entra en el agua, el perro la sigue a nado entre las olas sin aparente temor.
Al cabo de diez minutos sale. De pronto mira en dirección a Jorge y lo saluda batiendo ambas manos sin cesar de sonreír. No es tonta ni ingenua, sabe lo que se hace piensa Jorge, en tanto se descubre mirándola con embeleso. Saluda con timidez y prosigue:

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

Trata de centrarse de nuevo.

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

- ¡Hola!

¡Es ella! Ahora está tumbada a su lado. ¡Desnuda! Jorge no se atreve a moverse mientras la mira de reojo como un insecto al acecho. Ella se ha dado una crema y su piel reluce brillante como la de un delfín.

- Sabes…

- ¿Sí?

- Mi llamo Franciska krammenkerk

- Ah… Yo Jorge.

- Encantida. Mi hollandisa.

- Ah…

Sonríe Jorge, quien ya es un raro espécimen de bicho palo totalmente tenso.

- Sabes…

- ¿Sí?

- Mi… ¡gusta tú!

Jorge, avergonzado, muestra un claro rictus de estupor y pánico a lo desconocido. Nunca le ha pasado nada semejante. Qué ocurrirá con María. Tendrá que contárselo. Él nunca la ha mentido. ¡Jamás!

- Vaya… Murmura.

- Vaga… Imita ella. Mientras brota una risita de su garganta. Le toma una de sus manos y acaricia sus dedos.

- Y… ¿Qué hace tú ahoga aquí solo?

- ¿Yo? Nada. Sólo leo…

- ¿Sólo lee… solo? Pregunta ella. Le acaricia el pecho. Añade

- Me gusta, mucho pelo. Y se ríe.

Ella separa las manos, las mueve cimbreándolas de forma expresiva y pregunta.

- ¿En qué tú trabaga?

- ¿Yo?

- Sí tú. ¿Quién va a ser si istamos solo…?

- Bueno… Hem. Soy panadero.

- ¿Panadego?

- Sí. Yo hago pan “bread” o “broad”. Cómo se diga. Youuuu… ¿Comprendes?

Ahora está de rodillas. Jorge puede ver con el rabillo del ojo el abundante vello de su pubis color zanahoria. Ella tuerce el torso hacia atrás y lanza una carcajada.

- ¡Oh! Clago… Panadero. Pan, pan, pan… Siiii clago. Mi comprende.

- Verás… Trabajo por las noches y duermo por el día…

- ¡Ah! Y cuándo… Cuándo vive mi niño. ¿Tú no haceg el amog nunca de noche? Tú… ¿igual que vampiro?

- Bueno yo…

- ¡Claro! Tú guapo. Mucho guapo vampiro jajaja.

- Ya…

De pronto su expresión cambia.

- Oye.

- ¿Qué?

- ¿Tiene oto cigago?

Jorge asiente y le ofrece el paquete. Solo quedan cuatro cigarrillos. Ella lo mira cariacontecida.

- ¡Oh!

- ¿Oh qué? Dice él muy serio.

- ¡Solo cuato! Deja…

- ¡No! ¡Toma, todos para ti!

Los ojos verdes de la chica brillan de emoción. De un rápido gesto toma el paquete le da un beso en los labios y sale corriendo hacia su lugar. Jorge trata de leer de nuevo:

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

Pero se siente incómodo, le falta algo. ¡Es el tabaco! No… ¡Es ella! Da igual aún le quedarán tres y seguro ¡volverá! Aun le resta el aperitivo más deseado piensa, desea. Sigue leyendo.

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

Y... ¡¿Cómo?! ¿No vuelve? ¿No la tenía cautivada? Mira en su dirección. ¡Allí sigue! Se ha echado sobre la toalla y parece estar muy relajadita. Es igual tendrá que ir él.
Se incorpora. Se acerca a ella. El perro sentado a su lado comienza a gruñir y le enseña los dientes. Ella lo mira, y le sonríe con expresión… ¿preocupada? Se incorpora y rápidamente se cubre el sexo con la toalla.

- Sí… ¿Pasa aljo?

Jorge está un poco desarmado. Sólo acierta a decir mientras mira en todas direcciones.

- No, nada de importancia…

Ella lo mira como si se sintiera incomoda.

- ¿Pues entonce qué?

- Nada…

- ¿Nada? Interpela ella.

Bueno ya que somos amigos… Esperaba que vinieras y…

- ¿Y…? Inquiere ella. De pronto chasquea los dedos y añade.

- ¡Ah! ¿Tú piensa que yo ahora a follá contigo verdá?

- Bueno… No exactamente, dice Jorge mirándola empequeñecido.

- ¡¡Jajajajajajaj…!! Lo sorprende ella con una risa macabra e histérica.

- ¡¡Todo hombre igual!! Yo digo gusta tú y tú piensa, amo contigo.

- Oye. Perdona… Yo solo quería pedirte… un cigarrito.

- ¡¡¿Un cigago?!! ¿Cuando tú regala a mí caja? ¡¡No!!

- ¡Vete malo hombre!

Jorge la mira extrañado, ofendido, sin entender. Y contesta.

- ¡No me da la gana!

- Bueno… ¡¡Pues mi sí voy!!

Con rapidez inusitada ella recoge sus cosas y se termina de cubrir con un pareo. Llama a su perrito y se marcha.

Jorge vuelve a su lugar y se tumba frenético, lanza puñados de arena, atrapa la mochila la arroja al aire cae abierta y un montón de objetos se desparraman por la arena. Tras quedarse cruzado de brazos un buen rato, comienza a recogerlos, y de repente descubre la otra cajetilla de Chesters completa. Claro… ¡Ni se acordaba! Rápidamente la abre prende un cigarrillo y traga con ansiedad.

Al cabo de un rato, calmado, recoge el libro de nuevo, se acomoda, y empieza a leer Tifón:

"El capitán Mac Whirr, del vapor Nan-Shan , tenía una fisonomía que, a juzgar por las apariencias materiales, era una réplica exacta de su carácter…"

José Fernández del Vallado. Sept 2006. josef.









1 libros abiertos:

Anónimo dijo...

JAJAJA ESA MUJER ERA TODA UNA BRISA Y UN TIFON KE LOKURA, POBRE EL PERSONAJE SE KEDO DESKONCERTADO KARAY :) me enkanto el relato muy orginal y divertido besos ...

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