miércoles, 19 de marzo de 2008

25

Santiago II.

Posted in Ocurre en todas las grandes poblaciones. Desde el instante en que uno pasa a formar parte de Santiago advierte ese cambio de ritmo del sosiego del campo al trasiego acelerado y descompuesto que tiraniza la ciudad. Autos y más autos; toneladas de aleación de chatarra fluyen por sofocantes trazados de metal fundido que reciben el nombre de avenidas, calles, paseos…

Dejo de ser conductor y consigo el carné de peatón. En Santiago fui un peatón generoso; sin el inexcusable ritmo de las horas sobre mis espaldas, porque no trabajaba, sin cansancio, porque descansaba lo necesario, y sobre todo sin esa soledad opresiva y agónica que muchas veces nos escolta. Estuve bien acompañado, pues ella estuvo a mi lado, siempre a centímetros. En Santiago fui un peatón también muy afortunado – en realidad éramos dos en uno – pues por una vez tuve la oportunidad de ver una ciudad, no de refilón, sino con ojos bien abiertos.
Recorrí el Paseo de Ahumada fijándome en los detalles y pintorescos géneros de humanos que nos cercaban; deteniéndonos a degustar un helado o un café, caminando sin cesar. Porque ella es gran caminante de ciudad y también del terruño.
El cerro de Santa Lucía y el de San Miguel a nuestros pies, aunque en el último, fueron casi nuestros pies quienes se dejaron derretir por el calurosísimo sendero de bajada.
Cuesta arriba, cuesta abajo, esquivando perros que dormitaban en esquinas o el mismo centro del pavimento, divisando catedrales en sus plazas y plazas que sientan cátedra; siguiendo la divina Providencia o alumbrando la Alameda. El Mapocho nos enseñó sus dientes podridos de líquido envenenado. Conquistamos la ciudad día tras día un poco más; para al atardecer regresar al punto de partida y dejarnos caer el uno sobre el otro en el hotel. Acariciándonos, mansamente al principio, buscándonos luego, besándonos despacio, con deleite, sin prisa, con el tiempo dominado y en el bolsillo… Alguna mano se escapa y de nuevo el delirio de un placer cotidiano.

Amanecer soleado y fresco, oportuno para salir. ¡Vamos! De caza a los Sacramentinos. Una iglesia que bien pudo ser catedral Bizantina, pero de cemento. Y por Dios, he visto construcciones alucinantes, pero lo que allí llevó a cabo la iglesia, menudo derroche de imaginación, talento… y dinero. Deslumbrado, tomo un libro entero de fotografías…
Otra vez, la noche es nuestra, y en realidad nunca fue tan nuestra. No soñamos, vivimos al día, amamos al día, pertenecemos al sueño eterno, un sueño que está en nuestras manos y va en pos de nosotros mismos.
Esa noche nos amamos, si cabe, más y mejor todavía. Y a la mañana siguiente escapamos a Valpo. Somos libres; nadie nos detiene. La semana nos pertenece y es casi una vida entera. Muy pocas veces se viven siete días con la intensidad de doscientos.
Valpo nos recibe con diez grados menos de calor y diez más de fiebre alocada. Maravilla de ciudad. ¿Por qué decirlo? Si ella misma lo sabe. Escalar sus cerros y visitar la espléndida Sebastiana, hogar de ese gourmet de la vida que fue Pablo Neruda, compruebo, tras la visita en Santiago a su excelsa Chascona. Y amarla un poco más, cada día un lazo más sin que ella se de cuenta; yo tampoco lo hago, sólo, lo intuyo…
Almorzar en un cuchitril, al lado del chulo extranjero y su prostituta de lujo, resulta incluso divertido, pero no conviene pasar allí toda una vida. Se hace tarde y es necesario atender la visita concertada a Viña, para encontrarnos con una bloguera cariñosa y meritoria. Nos citamos en un Mall gigantesco – cosas de viña y sus cantidades industriales de niños y niñas guapitos. – La visita es entrañable, ella genial y sus padres maravillosos.
El retorno apresurado por el anochecer. La búsqueda de un lugar donde descansar se convierte en una lucha contra un frescor paralizante que no conocía desde que llegué al verano santiaguino. Ella tiembla, yo disimulo muy mal.
Calle Pedro Montt: “Hostal Valparaíso.” Entramos, escalamos unas escaleras y sin ser conscientes acometemos el laberinto del Minotauro. Jamás vi maraña de pasillos que suben, bajan, se bifurcan, tan excelentemente entramados. ¿Vive allí una gran araña de rincón? La señora que nos atiende, lo parece, no lo es. Nos acompaña a la habitación. Cuando llegamos, ya estamos perdidos. No importa. Nuestro objetivo: despertar temprano a la mañana siguiente para tomar el desayuno que acompaña la estancia, porque ni siquiera hemos cenado.
Una vez en el camastro, extiendo un brazo sobre sus cabellos, rodeo su nuca con delicadeza y huelo su aroma a mujer. Ella se acurruca junto a mí y me acaricia. Que conste: Estamos muy cansados, agotados. Pero la hora del amor llama, y cuando lo hace, nada es capaz de interponerse…

(Continuará.)

José Fernández del Vallado. Josef. 11 marzo 2008.

25 libros abiertos:

Y, cuando lo hace, nadie ni nada se interpone?
Disfrútalo, pues.

Me encanta leer tus crónicas de viaje... sus crónicas... :)

Un besito!

Anónimo dijo...

No conozco Chile pero a través de tu narración siento que lo visité un poco.
Muy hermoso tu relato! Estaré pendiente de la continuacion.

Un abrazo

Vivianne dijo...

Detallas a la perfección los recorridos,aventuras y traspies, mágicamente evocas recuerdos muy placenteros, realidad o ficción, da lo mismo, cualquiera querría estar invitado en este viaje, te sigo, me sigues, nos seguimos....

ybris dijo...

Peatón y ella en Santiago.
Suena tan delicioso como lo cuentas.
Gracias por tu visita y tus palabras.

Un abrazo.

More dijo...

qué bello eso amigo, volví a estar en santiago y en viña y en valparaíso, llevada esta vez por tus ojos. Me gusta saber que eres feliz y de qué modo!
Un abrazo, querido.

Hola querido Josef.

Gracias por tu crónica, haces que la vivamos palmo a palmo.

Muchos besos y mi cariño por estar siempre a mi lado.

Leodegundia dijo...

Gracias por tu visita.
Sin esperarlo me encontré con ese paseo por Santiago y por otros lugares de Chile que resultó muy agradable. Procuraré no perderme la continuación.
Un saludo

TORO SALVAJE dijo...

Sigo viajando en este blog, me gusta, no me canso y aprendo mucho.

Saludos.

Lara dijo...

Muy buen post, da la sensación de estar viviéndolo ;)
Besos y gracias por tu comentario.

dijo...

conozco gracias a vos lo desconocido...
abrazos

AnyGlo dijo...

Fantástico relato!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Moderato grandioso post que nos permite sentirnos identificados con tu post porque muchas veces de peaton puedes ver grandes cosas o bien simples cosas que no puedes verlas al conducir, un saludo grande desde Bolivia

Anónimo dijo...

gracias por estar

Nyki dijo...

Hola

Gracias por el comentario y tambien por pasarte por mi blog.
Eres bienvenido siempre.

Tienes un blog muy hermoso.

Un saludo

Nyki

Gracias Moderato_Josef!
un abrazo!
gracias por pasar y dejar tu huella
en mi mundo!!!!!!!!!


FELICES PASCUAS!

hola:)___________Moderato







Gracias por tu visita. vuelta siempre:))




______me encanta tu narración








FELICES PASCUAS!








besOs__________:)

Gracias de corazón por tu visita.
He quedado impresionada con tu blog, excelente, por lo he determinado linkearte a mi blog ahora mismo.
Buen relato de Santiago y su vida apresurada, por eso me gusta la vida sureña y no lo cambio por nada.
Cariños.

Ahhhh.... si te gusta la poesía te invito a disfrutar mi escrito que subí hace poco.

Marsu dijo...

Qué agrado el ritmo del relato... entre la complicidad de pasear por lugares y después llegar al refugio tan íntimo.

Gracias por tu visita, te seguiré conociendo.

Hola, soy chilena y vivi tres años en España donde conocí a un sueco con el que vivo ahora, es ecir estoy en Suecia por amor, porque sino de seguro estaría todavía en la hermosa Cataluña de mi amor. Amo España, amo TODO! espero volver. De verdad hay trabajo en Madrid???? y los alquileres como andan??

Hermoso tu escrito... aunque conozco Chile,creo que tu punto de vista es diferente, me agrada.

Un beso.

Me ha gustado seguir ese deambuleo por Santiago y sus alrededores, acompañado, dejándote llevar con todos (bastante más que cinco) los sentidos. Así es como, yo me figuro, se escriben los libros: entreverando la contemplación exterior con el mundo de lo íntimamente vivido.

Un abrazo, Josef. Te sigo.

Viole dijo...

Oye, pero que detalles, me encanto!!!

Saludos Viole

P.S. Seguiré leyendote...

Leerte fué memorable...sabes??

Yo conocí asi al amor de mi vida hace 5 años, yo mexicana y el de honduras, hoy estamos comprometidos y prontos a casarnos si Dios quiere a fin de año.

Lo mejor para tu y tu linda chilena, de paso un abrazo y mi gratitud por pasar a visutarme en mi humilde blog.

saludos desde méxico!!

=)

josef dijo...

gracias evan una vez más!!!
graciasloris lane me encanta que te haya gustado.
gracias vivianne por estar a mi lado...
gracias ybris por tu visita
gracias more baker me encantó que estuvieras ahí.
gracias angélica Beatriz si la vives yo feliz.
gracias leodegundia la continuación está a punto ya para salir.
gracias torosalvaje espero que aprenadas más con el siguiente capítulo.
gracias lara. un saludo.
gracias enredada por ver a través de mí.
gracias anyglo una vez más por visitarme amiga mía!!
gracias Maria Cristina por estar tú también...
gracias nyki tú también eres binevenida.
gracias wilhemina queen por dejar también tu huella aquí.
gracias betty branco martins, felices pascuas igual
gracias doña cocó yo también te linkearé.
gracias la marsupial yo tbién te seguiré visitando y descubriendo.
gracias fuerza, me alegra que te guste Barcelona, pero eso no es España sino Cataluña jjajajaja.Bueno también es España por que Madrid qué es entonces? Gracias por pasarte.
gracias dédalus me encanta como percibiste mi recorrido por Santiago igual que yo, solo que sin estar allí, genial...
gracias viole por venir y saludos!
gracias mariposa violeta me encanta que tu aor vaya bien me maravilla incluso a mí jajaja. un abrazo.

Y Lo mismo para todos un abrazo compañeros/as blogeros. Gracias por visitarme. yo seguiré recorriendo el camiino...es largo y nunca se sabe.... Un saludo!

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